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Escalona es el Presidente del Organigrama de la Cultura Vallenata

Por: Juan Cataño Bracho

Ahora que se cumplen 10 años de la partida de éste mundo del inmortal Maestro Rafael Escalona Martínez, sencillamente el Maestro Escalona, es bueno y oportuno reconocer que “conocer de dónde venimos como sociedad local para valorar lo que somos y reforzar a nivel colectivo es clave fundamental para conservar la identidad cultural de un pueblo”, ya que a eso contribuyó Escalona.

Por lo anterior y, aunque no es justo afirmar que con Rafael Escalona inició la cultura vallenata, que la cultura vallenata sea solo puya, paseo, merengue y son, que el canto vallenato se inició con Rafael Escalona o que fue el precursor de los compositores vallenatos o que fue el más importante entre ellos; si se me antoja decir que con Escalona empezó la representación cultural del hombre vallenato a través de, por lo menos, paseos y merengues, si admitimos que la esencia del canto vallenato es narrativa y descriptiva y que los cantos vallenatos auténticos no son más que la narración y la descripción de la vida cotidiana del hombre vallenato.

Y ahí es donde se me antoja, también, afirmar que Rafael Escalona Martínez es El Presidente del Organigrama de la Cultura Vallenata por cuanto con sus temáticas describe y narra la singularidad del hombre vallenato:

Me llaman, me llaman el vallenato, me llaman el vallenato 
y en Codazzi tengo renombre 
Yo soy Urbanito Castro,

Ombe el caporal, Ombe el caporal de los playones 

por que cuando tiro el lazo ningún toro se me esconde.

Por lo tanto si Escalona representa y canta la cotidianidad del hombre vallenato, que no es más que narrar su cultura y que toda nuestra cotidianidad está representada en los cantos de Escalona que son formas de contar sus propias vivencias y que además capturó en coplas del folclor lo que somos realmente, además de ser el compositor, sin haber sido el primero, que dedicó su obra a contar la cotidianidad del hombre vallenato, siendo el primero en conquistar la atención de una parte del resto del mundo, aunque próxima, hacia la cotidianidad el Valle de Upar, una tierra apta para el cultivo, de abundantes pastos propicio para la cría de ganado que satisfacen las necesidades alimenticias de sus habitantes:     

Tanta yuca buena que se come en la provincia 
Tanta carne gorda de novillo empotrera’o 
Es lo que me mortifica 
Cuando me veo tan hambreao.

Los cantos de Escalona son parlantes de nuestra forma de estar en el mundo, lo que no era posible contar de otra manera más allá de nuestras parroquias por el largo período de aislamiento en que le tocó vivir a nuestros ancestros, siendo él quien por necesidad de formación llevaba y traía lo que fuimos en el pasado:

Oye morenita te vas a quedar muy sola
porque anoche dijo el radio
que abrieron el Liceo. 
Como es estudiante ya se va Escalona
pero de recuerdo te deja un paseo.

Por la importancia de Escalona para la cultura vallenata, según su esencia, es que hoy, algunos intelectuales, entre ellos Simón Martínez Ubarnes, afirman que, aunque parezca increíble, Rafael Escalona es más conocido en el Valle de Upar que Rafael Carrillo Lúquez. Sencillamente, porque Carrillo Lúquez no le dio al mundo la visión de un hombre singular sino que describió al hombre universal, además porque el lenguaje con que carrillo Lúquez describió al hombre universal era menos accesible para el mundo que el lenguaje con que Escalona describió al hombre vallenato, por la configuración de la sociedad nuestra. Por eso hoy, todavía estamos afanados en dar a conocer la importancia de Carrillo para nuestra sociedad, mientras la sociedad conoce las intimidades de la personalidad de Rafael Escalona. O sea que Escalona tradujo en lenguaje sencillo y accesible la realidad del hombre vallenato, mientras el hombre vallenato no estaba preparado para conocer la realidad del hombre universal como lo presentaba Carrillo:

Porque un vallenato acostumbrado como yo 
A comer sancochos

No se puede conformar 
con un pedacito e´pan

Y cuatro granitos de arroz.

Sin que pase por su nivel intelectual y aunque se deba afirmar que todos los hombres somos iguales ante Dios y ante la Ley, si se puede afirmar, aunque seamos partidarios de la uniformidad en la importancia de la personalidad, para evadir la mediocridad, si se puede afirmar que hay hombres que, por lo menos, desde el punto de vista cultural son más importantes para las sociedades que otros y que algunos hombres identifican a determinadas sociedades con mas fidelidad que otros, por su forma de ser, por su obra y por su trascendencia; sobre todo en la configuración de una sociedad, en éste caso culturalmente; Además de que en él laten las características del Ser Vallenato, como lo describe Alonso Fernández Oñate:

Soy por eso parrandero, 
enamorado y cantador, 
ganadero, algodonero, 
gallero y agricultor… 
trovador en algunos ratos 
de mi pena y mi dolor 
y en vez de llorar, yo canto
a la vida y al amor. 

Como vallenato tengo mis placeres 
amo a las mujeres, mi acordeón y el canto… 
soy un gran amigo esposo y buen padre
hermano y buen hijo lo demás que vale.

Escalona con sus cantos fue para la sociedad vallenata lo que fue Jaime Molina con sus caricaturas o sus pinturas y Consuelo Araujo Noguera con su pluma: artistas de la descripción y la narración de la cotidianidad; cuando este tipo de artes no estaban muy desarrollados y cuando nuestra cultura “clamaba” a gritos ser divulgada. Alcanzando Escalona mayor importancia por la característica de iletrada de la sociedad de entonces para la que era más fácil escuchar que leer estos textos:

Arriba e´ Manaure en la Serranía
En un pueblecito bonito y sano
Vive la mamá de Emiliano,
De Toño Sala y María

Dado que el canto vallenato fue un elemento a la mano, el medio que utilizó el habitante del valle de Upar para comunicar sus experiencias, sus vivencias, no hay duda que Escalona por la estructura de sus textos, en los cuales se  distingue claramente el qué, el cómo, el quién, el cuándo y el donde;  fue el primer gran comunicador de la cultura vallenata, como se puede evidencia en “La custodia de Badillo”:

Parece que el pueblo e´ Badillo se ha puesto de malas 
De malas porque su reliquia la quieren cambiar. 
Primero fue un San Antonio, lo hizo Enrique Maya 
Pero lo de ahora es distinto les voy a explicar. 
En la casa de Gregorio muy segura estaba, 
Una reliquia de pueblo tipo colonial, 
Era una custodia linda muy grande y pesada, 
Y ahora por una liviana la quieren cambiar.

Sin que ésta tesis constituya la defensa de las características artísticas y personales de Rafael Escalona, por encima de otros difusores, que luego abundaron en la región favorecidas por la formación intelectual y las habilidades artísticas; me parece justo afirmar que: por sus características personales, la época en que hizo historia, su arte y su roce social, no hay duda de que Rafael Escalona es el Presidente del Organigrama de la Cultura Vallenata, no tanto como paradigma sino como abanderado de la difusión y del medio escogido para tal fin que hoy ha contribuido a que el vallenato sea reconocido como Patrimonio Inmaterial de la humanidad.   

  

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