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Dos oficiales (r) del Gaula del Ejército devolvieron medallas recibidas por ‘falsos positivos’.

Oficiales (r) devolvieron medallas recibidas por falsos positivos...

En medio de fotografías de sus padres, hermanos, esposos e hijos, familiares de víctimas acreditadas en el Caso 05, que investiga la situación territorial del norte del Cauca y sur del Valle del Cauca, fueron testigos del momento en que un coronel y un mayor retirado del Ejército le entregaron a la JEP tres medallas, tras reconocer que les fueron otorgadas por asesinatos y desapariciones forzadas presentadas como bajas en combate.

Sentados con las tres medallas en sus manos y frente a las víctimas, los dos antiguos integrantes del Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (Gaula) Valle nombraron una a una a las personas asesinadas entre 2006 y 2007. Con ello, querían limpiar su buen nombre y honrar su memoria, tal y como se los habían solicitado los familiares, durante la audiencia temprana de reconocimiento y responsabilidad.

 “Hoy esas medallas dejan de ser un objeto multiplicador del engaño. Tal vez este acto pueda devolverles el valor para que sean ustedes las que determinen qué pasará con ellas. Esperamos que este sea el inicio de un camino de reconciliación y sanación”, dijo el magistrado Raúl Sánchez, relator del Caso 05, quien presidió la diligencia junto al magistrado Óscar Parra, correlator del Caso 03: asesinatos y desapariciones forzadas presentadas como bajas en combate por agentes del Estado.

A dos voces, los magistrados de la Sala de Reconocimiento leyeron los nombres de las víctimas que ya no están, que fueron desaparecidas y asesinadas, mientras sus padres, hijos y hermanos hoy piden que “por favor limpien el nombre de esos muchachos que ellos no eran guerrilleros, eran muchachos pobres y humildes. No les guardo rencor, de ninguna manera, que los juzgue Dios”, les dijo a los comparecientes María Eugenia Martínez, madre de Andrés Angola Martínez.

Con micrófono en mano, durante la diligencia judicial las víctimas recordaron a sus familiares y alzaron sus voces para pedir justicia por ellos. Jenny Carolina Torres, la primera víctima en participar, se preguntó por qué se permite que las personas en la plenitud de su vida “nos dejen en este valle de lágrimas, ¿por qué suceden las injusticias como la de perder un ser tan grande, un ser querido?”.

Entre tanto, Yunari Hernández, la compañera de Carlos Julio Caballero, les dijo a los dos oficiales (r): “Quiero que, así como un día dijeron en voz alta que ellos eran guerrilleros, les digan a nuestros hijos que ellos (sus padres) no lo eran. Que ellos puedan estar orgullosos de sus padres donde quiera que estén”, señaló y agregó: “Ha sido muy duro para mí y para mis hijos vivir sin mi esposo y sin el padre de ellos, quien un día antes de irse a encontrar con la muerte me había pedido matrimonio, y me lo entregaron en bolsas”.

Luego de las demandas de verdad de las víctimas, los comparecientes tomaron la palabra para pedir perdón, leer los nombres de sus víctimas y reconocer ante sus familias y el país que esas personas no eran guerrilleras. “Esto no es solo simbólico, también estoy mandando un mensaje a los militares porque esto que pasó no se puede volver a repetir (…). Muchas gracias a la JEP por darme esta oportunidad y a ustedes las victimas por su valentía”, puntualizó el mayor (r) Mauricio Ordóñez Galindo al entregar las dos medallas.

Entre tanto, coronel (r) Jorge Enrique Florián dijo: “Quienes debíamos proteger la vida, optamos por la muerte, a partir de ahí el tiempo profundizó las heridas que se abrieron (…), jamás el tiempo retiró el puñal de dolor en el corazón de muchas madres ni la soledad ardiente en muchos huérfanos”. Y agregó: “Mi cruz ha sido vivir todos estos años acosado por mi propia conciencia”. Luego leyó los nombres de las víctimas, tras advertir que no fueron integrantes de ninguna organización delictiva ni armada que mereciera que ellos les cegaran sus vidas.

El Magistrado Raúl Eduardo Sánchez Sánchez, corelator del Caso 05 manifestó:“Con este acto queda limpio el nombre de sus familiares, para siempre y para Colombia, el nombre de sus hijos, hermanos, esposos, hermano queda limpio y será la magistratura con las víctimas las encargadas de señalar dónde deben reposar estas medallas de la infamia”.

El Magistrado Oscar Parra Vera, quien también asistió al acto afirmó: “Estas son medallas de la infamia, son medallas manchadas de sangre. Hoy yo también les digo a las víctimas ¡Gracias! Gracias por nunca haberse rendido a pesar de las difíciles circunstancias que enfrentaron junto a sus familias. Gracias a ustedes existe la JEP”.

¿Quiénes son los comparecientes?

Mauricio Ordóñez Galindo, mayor retirado del Ejército. Se desempeñó como comandante del Gaula – Valle desde el año 2005 hasta el 5 de mayo de 2008. Como consecuencia de los resultados operacionales fue condecorado en distintas oportunidades. Fue retirado del Ejército, por ocasión de una operación en donde se hicieron pasar civiles como extorsionistas y fueron asesinados y presentados como bajas en combate.

Jorge Enrique Florián Díaz, coronel retirado del Ejército. Cuando fue capitán del Ejército se desempeñó como oficial operativo del Gaula – Valle, desde el año 2004 al 30 de septiembre de 2006. Fue condecorado como consecuencia de los resultados operacionales dados por la unidad en ese periodo de tiempo. Recientemente y antes de su retiro se desempeñó como agregado militar en la Embajada de Colombia ante la Federación Rusa.

¿En qué va el Caso 05?

El Caso 05 de la JEP, que estudia tanto los crímenes cometidos tanto por la fuerza pública como por las extintas Farc-EP en el marco del conflicto armado, priorizó los municipios de Santander de Quilichao, Suárez, Buenos Aires, Morales, Caloto, Corinto, Toribío, Caldono, Jambaló, Miranda, Padilla, Puerto Tejada, Florida, Pradera, Palmira, Jamundí y Candelaria.

A la fecha, en este caso han sido llamados a versión voluntaria 42 miembros de la fuerza pública y han sido escuchados 20 de ellos, de los cuales 13 han reconocido asesinatos contra la población civil y otros dos aceptaron la realización de actos de violencia basada en género.

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