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Cómplices de lo malo

Cómplices de lo malo

Por: Claudia Larios Ditta

Hay gente que ni siquiera ante las evidencias aceptan la realidad. Van por la vida destruyendo todo a sus pasos con su necedad y se convierten en serviles útiles de lo malo; así vean que el territorio y el país no avanzan. Complacerse con lo malo y con lo injusto, me hace igual de culpable a quien comente el delito, el crimen, el pecado, o el acto de corrupción. Pasarán años y los mismos seguirán en pro de la defensa de un sistema criminal y corrupto que es lo que era en lo que tenían convertido este país y esta nación.

Muchos ni siquiera sirven para solucionar un problema en su barrio, en su casa, en su familia, en su municipio, en la región y menos van a aportar algo para construir tejido social, para construir patria, nación y país; entonces opinan, hablan y hasta aseguran que tales cosas y de la forma de gobierno de otros países,  otras democracias y se atreven a expresarse, públicamente, de lo que sólo conocen por redes sociales o por los canales de comunicación de mafiosos y narco paramilitares (todo lo paralelo al militarismo, sea de izquierda o de derecha) que quieren que creamos y repitamos como “loros viejos” lo que les conviene a sus jefes, que creamos y lo apliquemos en nuestra sociedad. 

Los invito a pensar y a recapacitar, por un instante de nuestras vidas, para que nos revisemos internamente ¿cómo estamos y si muriéramos hoy que pasaría a nuestra alma, que le pasaría a nuestra familia y a nuestra sociedad? si hoy me tocara partir de este mundo ¿qué hice con lo que Dios puso en mis manos, con mi compañero (a) sentimental, con nuestra amada familia, con nuestros hijos, nietos, tíos, sobrinos, hermanos, con nuestros amigos y vecinos o compañeros de labor y con los hermanos donde me congrego? (si soy creyente de Dios). Eso es lo que Dios me va a demandar, en mi corto paso por esta vida, el día que me llame a su presencia.

Nuestros líderes políticos muchas veces ni siquiera nos recuerdan, otros ni siquiera viven en el territorio y sus hijos no estudian en la educación pública que administran. A muchos seguidores los han asesinado, desaparecido y desmembrado por defender una causa justa o una causa política que no es la de ellos. A veces tenemos una necesidad o una urgencia económica o necesitamos un favor de nuestros “líderes políticos” y, simplemente, ignoran los miles de mensajes o llamadas hechas a su teléfono celular, o se les olvida que le entregamos nuestro voto de confianza a su proyecto político y lo llevamos la victoria para que gobierne.

La gran mayoría gobierna para sus propios intereses de bolsillo y no tienen en cuenta si tú estás perdiendo tu alma, tu vida, tu hogar, tu familia, tus hijos, tu esposa (a) o tu tiempo. Cuando vuelven las elecciones muchos se enemistan hasta con la familia por la política.

Desde mi niñez aprendí que la política se hace con amigos y se ejecuta a favor de las comunidades y de los territorios; pero hoy nuestros líderes suben a robar y la gente se mata por defenderlos, mientras que hay verdaderos líderes sociales, políticos, comunitarios, que viven en el territorio y siempre dispuestos a servir desinteresadamente 24/7 a todas las necesidades que se presenten y simplemente son ignorados, menospreciados y burlados por todos, porque no andan en camionetas, o no tienen plata (efectivo) para soltar un billete de $20.000 o de $50.000 que es lo que hoy hacen muchos políticos para quitarse a la gente de encima.

Ojalá y este escrito que hago desde lo profundo de mi corazón sirva para que, realmente, se logre una sociedad justa, equitativa y paz en el territorio, en mi casa, en mi corazón y mi mente.

He sido muy sensible, solidaria y respetuosa con las personas en condición de discapacidad, vulnerables y en desventajas, y siempre traté desde mi capacidad de ayudar en lo pudiera ser útil. Pero, me tocó vivir la calamidad en familia y, con mi hermano, pude ver que era algo más complejo, de tejido profundo que demandaba sensibilidad humana y había que luchar:

Mi hermano sufrió una tentativa de homicidio el 4 de febrero del 2011 y, muy a pesar de las tutelas falladas a favor y que garantizaban todo el cuidado integral, nunca su EPS pagó sus gastos, el cuidado de sus insumos y, mucho menos, los gastos del familiar cuidador. Mi hermano falleció y tocó volver a meter tutelas, para su proceso de muerte bajo responsabilidad médica.

Por la Gracia de Dios, pude asumir esos costos, confiando que la EPS reembolsaba los gastos de viáticos y transportes, alimentación, hospedaje y u otros gastos que tuve con mi hermano, por años, pero, hasta el día de hoy, no ha sucedido. El proceso, ha sido duro y tedioso, pero se está gestionando con dificultades y trabas, en la parte administrativa.

Jamás, ningún político “amigo”, conocidos o no, nos han ayudado para los gastos o la gestión de los procesos que hemos necesitado. Solamente Cristo, nuestros familiares y amigos, de verdad, han estado ahí; a quienes agradecemos, de todo corazón, por tanto y por todo, pero los políticos: ambuaaaa, decía un paisano. 

Soy sensible, me solidarizo y aporto mi capacidad, mi voluntad para ayudar a aquellos que no conoce sus derechos, leyes ni las normas, que pasan por la misma o peor situación, que yo tuve que pasar. Hasta que el Señor lo permita, voy a estar en esta aptitud. Un abrazo fraterno para todos, la paz de Cristo. 

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