La Federación Colombiana de Trabajadores por la Educación reitera que las constantes fallas del servicio médico los llevó a entrar en paro este jueves. El rechazo a puntos del Plan Nacional de Desarrollo, la exigencia por el respeto a la vida y la petición de garantías para el ejercicio sindical son otros objetivos de la marcha. Radicarán un pliego de peticiones ante el Gobierno.
Los problemas entre la Federación Colombiana de Trabajadores por la Educación (Fecode) y la Fiduprevisora, la entidad del Fondo Nacional de Prestaciones Sociales del Magisterio (Fomag) que administra los recursos de la salud de los docentes, parecen no acabar. La ineficiencia en la prestación del servicio médico social es, una vez más, una de las causas del paro convocado para el jueves 14 de febrero.
“Le exigimos a la Fiduprevisora y al Ministerio de Educación Nacional que haga cumplir los pliegos de condiciones para lo cual fueron contratados nuestros prestadores. Actualmente, hay diferentes falencias en la otorgación de medicamentos, la autorización de procedimientos quirúrgicos. Además, no están dando las citas con especialistas”, señala Nelson Alarcón, presidente del sindicato.
El conflicto con la prestación de la salud no es nuevo. En los paros de los últimos cuatro años, este tema ha cobrado relevancia, tanto así que tras un engorroso proceso que duró más de un año, el 25 de octubre de 2017,Fomag explicó cómo se iban a invertir los $5,27 billones de la licitación para la salud de los maestros. A pesar de que Fecode estuvo de acuerdo con la mayoría de las decisiones que tomó la junta directiva, quedaron con un sabor agridulce al declarar desiertas dos regiones (la 4, que reúne a Casanare, Boyacá y Meta; y la 7, que aglomera a Santander, Norte de Santander, Cesar y Arauca)
El 8 de mayo de 2018, la Superintendencia de Salud sancionó con una multa superior a los $1.400 millones a Cosmitet, un prestador encargado de ofrecer a Fomag este servicio. Para esa época, la entidad tenía 850.000 pacientes afiliados, de los cuales 300.000 eran maestros. Las quejas no cesaron y las marchas tampoco. A finales del año pasado, los maestros salieron nuevamente a las calles, esta vez para anunciar que varios de los compromisos que se habían pactado con el Gobierno solo había cumplido el 20%.