El exgobernador de La Guajira, Francisco Gómez Cerchar desistió del recurso de casación presentado ante la Corte Suprema encontra del fallo que lo sentenció a 50 años de prisión por su responsabilidad en el asesinato de la exalcaldesa del municipio de Barrancas, Yandra Brito; su esposo, Henry Ustariz y el escolta Wilfrido Fonseca Peñaranda.
El exmandatario departamental, quien se encuentra privado de su libertad en la cárcel La Picota de Bogotá, presentó mediante su abogado un escrito en el que desiste de ese recurso extraordinario contra el fallo emitido el 16 de enero de 2017 por el juzgado octavo especializado de Bogotá y ratificado el 30 de junio de 2017 por la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá.
El alto tribunal determinó que el desestimiento cumple con todos los requisitos legales y procesales, reseñando que el exgobernador de La Guajira tomó esta decisión de manera voluntaria, como lo hizo saber su abogado en el escrito radicado ante la Secretaria de la Corte Suprema de Justicia.
Gómez Cerchar fue sentenciado por su responsabilidad en los delitos de homicidioconsumado y tentado, agravados, en concurso homogéneo con tráfico, fabricación y porte de armas, municiones o explosivos de uso privativo de las fuerzas armadas, agravado, y porte fabricación y tráfico de armas de juego, parte o municiones.
En las decisiones judiciales se manifestó que el exmandatario departamental le ordenó a la banda de ‘Marquitos’ Figueroa atentar contra la vida e integridad de estas tres personas por una rencilla política que se había presentado cuando Yandra Brito no cumplió “un pacto” tras ser elegida del municipio de Barrancas.
En este sentido se citaron varias declaraciones que indicaron la molestia de ‘Kiko’ Gómez ante lo que consideró un incumplimiento “económico y burocrático” de Brito. Situación que lo llevó incluso a reclamarle en un evento público a Henry Ustáriz por las presiones que estaba ejerciendo para que su esposa no se cumpliera lo pactado en la campaña a la Alcaldía.
Muchos de los testigos que declararon en el juicio coincidieron en afirmar que ese día se “marcó el destino” tanto de la alcaldesa como de su núcleo familiar.
