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Política para engañar

Por: Alexandra Hernández Rodríguez

Desde la antigua Grecia, Platón, Aristóteles y otros filósofos más, se dedicaron a plasmar en escritos y tratados, orientaciones de una verdadera pedagogía de Política. Incluso se atrevieron a definirla como aquel arte del uso de la palabra para convencer con verdades, a otros, sus ideas y, por ende, ganar afectos y seguidores.

Sin embargo, me hubiera gustado saber si su creador, Aristóteles, si hoy en Colombia se está haciendo y ejerciendo la política tal y como este la plasmó y difundió por toda Grecia e incluso, Europa. ¿Tenemos verdaderos políticos ejerciendo la política colombiana?

Para nadie es un secreto que en nuestro país no se practica la política. Se aplica y predica la politiquería, que hace parte del extremo aberrante, cruel y despiadado que utilizan muchos “líderes de la plaza pública” para ganar y engañar, que luego a su elección “democrática” a través del voto “diáfano”, se olvidan de quienes con gritos, arengas, discusiones familiares y asoleadas lo llevaron al poder.

Al inicio de cada periodo electoral, surgen figuras agarrados del pico del ave fénix, prometiendo esperanza y bienestar. Han pasado más de dos años de aquella elección, y todo sigue igual o peor. ¿Dónde quedaron esas promesas? ¿Se olvidaron?, seguimos iluminados por esa luz gris otoñal imperceptible en el túnel del engaño que jamás, se cumplirá.

Pero ¿por qué el pueblo repite, tropieza una y otra vez? ¿Por qué el pueblo alza su mirada crítica? Acaso no sentimos y sufrimos los embates de pésimas administraciones anteriores y seguimos votando por el que diga… La clase obrera, los pobres, los olvidados, la Colombia olvidada somos los que ponemos presidentes, alcaldes, gobernadores, diputados y demás.

Hoy nuestra democracia debate y rechaza a quienes elegimos por una gorra y camiseta, otros por un billete devaluado y otros por el puesto a mi hijo. Hoy no nos gustan sus políticas, y ni de qué hablar del plan de gobierno planteado que no conocemos porque no quisimos. Hoy fustigamos a quienes con nubes de promesa nos cegaron. Falta de educación. Pero ellos saben que es muy peligroso educar a un pueblo que año tras año amaga con despertar. Por eso asfixian, persiguen, asesinan, exilian, perfilan, señalan a quienes intentamos abrir los ojos a un pueblo sufrido y necesitado.

¿Seguiremos eligiendo a gatos que cuiden de los ratones? O ¿a ratones que cuiden de nuestro queso? Las brechas sociales de la pobreza: como el hambre, la educación y vivienda, nunca se cerrarán si seguimos eligiendo a quienes años tras año cual pinocho, miente y miente, sin cesar.  

Fuente: Diario del Norte.com

 

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