Ultimas

Auge de la delincuencia en Colombia

Auge de la delincuencia en Colombia

Colombia vive un inusitado aumento de la violencia por parte de la delincuencia común y de bandas del narcotráfico que en los últimos días han cometido varias matanzas y que, a diferencia de la del conflicto armado, ocurre no solo en las zonas rurales sino en los centros urbanos.

La aparición de cuerpos desmembrados en Bogotá, 14 masacres cometidas en poco más de un mes y atracos múltiples en lugares concurridos son algunos de los crímenes que tienen azotado a un país en el que aún no se conoce con claridad cuál va a ser la política de seguridad del Gobierno de Gustavo Petro, que asumió la Presidencia el pasado 7 de agosto. Entre el sábado y ayer la violencia dejó 14 muertos en dos hechos ocurridos en la ciudad caribeña de Barranquilla y en el municipio de Landázuri, en el departamento de Santander (noreste).

a localidad, un profesor, su esposa y sus dos hijos fueron asesinados en su propia casa por delincuentes, cuatro de los cuales fueron a su vez linchados por vecinos de las víctimas.

Para Fernando Rojas Parra, que ha sido profesor de Políticas Públicas en la Universidad Javeriana y en la Universidad del Rosario, el Gobierno de Petro lo primero que debe hacer para enfrentar este problema es definir cuál es la política de seguridad ciudadana urbana. “En este momento no le conocemos un solo pronunciamiento de fondo al ministro de Defensa (Iván Velásquez) frente a ese tema”, añadió el experto. En Colombia, la seguridad ciudadana depende de la cartera de Defensa, a la cual está adscrita también la Policía.

Y es que la violencia se ha recrudecido en las últimas semanas en el país a pesar de la ambiciosa iniciativa de Petro de lograr una ‘paz total’ con los grupos armados ilegales. Esto incluye negociaciones de paz en casos como el de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) o un sometimiento a la justicia para los involucrados en delitos comunes, como los de las bandas de narcotraficantes o las disidencias de las antiguas FARC.

El asesinato de seis personas esta madrugada en el noroeste de Barranquilla es la cuarta masacre perpetrada en la ciudad en lo que va corrido del año. Esos crímenes han provocado un clima de inseguridad al que se suman extorsiones a comercios y empresas de transporte público, que han derivado en el asesinato de conductores de autobuses y atentados contra los negocios.

Para Rojas, que es doctor en Historia de la Universidad de los Andes, el conflicto colombiano no es el mismo desde que las antiguas FARC se desmovilizaron en 2016, pues los grupos que quedaron son disidencias en las que el tema ideológico ya no tiene tanto peso.

“Este es un tema netamente criminal y económico (…) El problema es mucho más profundo de lo que han querido reconocer. Nos dicen, por ejemplo, que estamos bajando el índice de homicidios, pero la gente sabe que ahí no está hoy el corazón de la inseguridad, el corazón de la inseguridad está en el atraco, en la extorsión, en el sicariato”, explica.

El pasado fin de semana, las autoridades encontraron los cuerpos de tres mujeres en Bogotá (2 en el sur y 1 en el norte), a los que se sumaron robos masivos en el sector del Park Way y la quema de dos Comandos de Atención Inmediata (CAI) de la Policía. La alcaldesa, Claudia López, anunció el martes pasado la creación de un grupo contra el multicrimen para combatir la inseguridad en la ciudad, sacudida además en las últimas semanas por el hallazgo de 23 cuerpos desmembrados en bolsas plásticas, asesinatos atribuidos a disputas por el control del microtráfico.

Según un estudio de la universidad militar Nueva Granada: a delincuencia común en Colombia, ha cobrado auge en los últimos años debido a múltiples factores que no necesariamente se deben siempre a problemas sociales: desempleo, educación, pobreza, etc., que de todas maneras se encuentran implícitos, sino principalmente al incremento en el consumo de estupefacientes que conducen a la persona a formas violentas para obtener dinero con base en el despojo de bienes ajenos y en muchas ocasiones recurriendo al crimen para obtenerlo con el único fin de pagar su adicción.

Como anteriormente se mencionó sobre el descenso de la criminalidad en el país y las medidas que se han tomado para combatir el delito, es evidente que esto no ha bastado para que el crimen organizado o individual siga en aumento; es más han adquirido nuevas formas para su realización, siendo cada vez más novedosas.

Es posible que algunas acciones criminales hayan descendido pero, otras han aumentado, según se desprende de las informaciones consignadas en los documentos de la Policía Nacional, especialmente el más reciente: “Exégesis de los delitos en Colombia, 2011 y en mayor proporción en las ciudades, y como bien lo asegura Restrepo Fontalvo -ya citado-, no siempre son denunciadas ante los organismos de seguridad, lo cual hace imposible un estudio cuantitativo exacto -ni en Colombia ni en ninguna otra parte del mundo-, por lo cual son fuentes obtenidas directamente de la ciudadanía que a diario son víctimas de este flagelo que es la delincuencia común, sin que esto signifique que no se tengan en cuenta las cifras
oficiales.

“Pese a los avances del gobierno en materia de seguridad en la última década, al menos media docena de grupos criminales grandes siguen operando en Colombia. La mayoría han dejado la ideología de lado para enfocarse en la producción, tráfico y distribución de drogas ilegales en ámbitos locales; manteniendo actividades como el tráfico de armas, lavado de activos, el secuestro y la extorsión”.

Comando armado asesinó a dos personas en Valledupar

La tranquilidad de la noche del jueves 25 de enero fue perturbada sobre las 11:00 p.m., cuando más de 50 ráfagas de fusil impactaron contra una camioneta blindada y acabaron con la vida de dos personas en el centro de Valledupar.

De acuerdo con la primera versión entregada por las autoridades, una camioneta blanca fue abordada por otros dos vehículos de alta gama que le cerraron el paso y de los cuales descendieron hombres fuertemente armados con fusiles de asalto 5.56.

Al parecer, los mercenarios tenían conocimiento del alto blindaje de la camioneta y optaron por usar el poderoso armamento para llevar a cabo su misión: matar al piloto y al copiloto del vehículo, identificados como Lirkhay González Freile, alias ‘el Indio’, y Janer Pinto, conocido con el apodo de El viejo.

El informe preliminar dio a conocer que el conductor murió en el acto luego de que, por lo menos, diez balas atravesaran el blindaje de la camioneta e impactaran en su humanidad; mientras tanto, su acompañanta quedó gravemente herido y fue trasladado hasta un centro asistencial cercano donde murió mientras el cuerpo médico le brindaba los primeros auxilios.

Una tercera persona también resultó herida, fue remitida a un hospital y quedó bajo protección de la Policía, que la indagará luego de su recuperación para esclarecer los hechos que provocaron la muerte de los dos hombres.

Tras el hecho criminal, el coronel Eduardo Chamorro, comandante del departamento de Policía del Cesar, hizo presencia en el lugar de los hechos y dio detalles del suceso.

El oficial de la Policía indicó que unidades están investigando el choque de otra camioneta en en el municipio de Guacochito, a 15 kilómetros del casco urbano de Valledupar, pues sería una de las implicadas en el ataque sicarial.

“Por le modus operandi delictivo, que no es normal, no es común el uso de armamento de largo alcance, pues se va a tener que dar resultados en la investigación, pero no podemos decir algo en estos momentos que pueda entorpecer el proceso”, dijo el coronel Chamorro cuando le preguntaron en rueda de prensa sobre la presunta relación de las víctimas con capos criminales del Cesar y sus alrededores.

Las víctimas del atentado sicarial estaban relacionados con importantes artistas del género vallenato, con quienes aparecían en redes sociales durante parrandas en el departamento del Cesar.

Incluso, la camioneta en la que se movilizaban cuando fueron atacados por el comando armado tenía un póster del Mono Zabaleta, reconocido artista del género que se viralizó recientemente, luego de suspender un concierto al enterarse de la masacre de tres personas en Morales (Bolívar).

Así mismo Janer Pinto, uno de los muertos, era mencionado constantemente en las canciones vallenatas y se le veía en reuniones con exponentes del género, como Iván Zuleta y Beto Zabaleta, entre otros.

Extraoficialmente se dio a conocer que alias el Viejo era la mano derecha de José Ramiro Cárdenas, alias el Titi, máximo cabecilla del clan Iguarán, relacionado con el clan del Golfo, ELN, los Pachenca, y otros grupos criminales que necesitaban de sus servicios para sacar grandes cargamentos de droga a través de rutas clandestinas por el Cesar y La Guajira.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *