Por: Hanner José Freyle Nieves
Las canciones al inicio no tenían dueños eran propiedad del pueblo, la oralitura obedecía al analfabetismo de la mayoría de los juglares y a la falta de registros de propiedad de sus composiciones. Las manifestaciones literarias cantadas a manera de noticias, anécdotas, cuentos, entre otras, no generaban ingresos por derechos de autor.
Cuando comienzan las primeras grabaciones en acetato inicialmente se generaron registros de autoría en algunos acordeoneros que eran los depositarios principales de la producción literaria oral del momento. Al respecto, se produjeron alguna discusiones y enemistades que incluso generaron canciones sobre la composición en disputa y finalmente pleitos jurídicos por plagio en estrados judiciales. Aún existen canciones de la tradición oral sin autoría. En este contexto podríamos enumerar tantos casos, pero vale la pena reseñar uno de los más recientes, la canción “El Caballito” resulto no ser de Carlos Vives.
Con el tiempo los juglares del vallenato fueron organizando sus conjuntos, realizando trabajos para las casas disqueras, recibiendo recursos por sus grabaciones y presentaciones en diferentes sitios públicos y privados, lo cual aumentos sus ingresos económicos. Poco a poco fue apareciendo la figura del compositor, más tarde la del cantante y el acordeonero fue perdiendo su imagen de figura omnipotente en el mundo musical, así las cosas, se formaron nuevas alianzas. Por ejemplo, Los Hermanos Zuleta, Poncho y Emiliano, Los Hermanos López y Jorge Oñate, EL Binomio de oro, Rafael e Israel, Diomedes Díaz y Colacho Mendoza.
Algunos cantantes formaron agrupaciones musicales, igualmente lo hicieron acordeoneros, en aras de mejores ingresos económicos. La fama fue perdiendo, su espacio solamente interesaba lo comercial, lo consumible, lo vendible y ante el crecimiento económico del mundo del vallenato muchas personas comenzaron a generar ingresos de alguna manera; nacieron los famosos folcloristas, los representantes o manejadores del conjunto, los Payoleros, etcétera. La figura del compositor hasta ese momento estaba opacada y recibía poco o nada por sus composiciones.
Hasta el año 1985, cuando se creó la Organización Sayco- Acinpro, los compositores comienzan a ver reflejado en sus arcas algunos ingresos por sus creaciones. Vale pena mencionar que esta organización se ha visto involucrada en líos jurídicos por regalías con algunos compositores e inconformismo expresado por otros en medios masivos. Hace poco, Rolando Ochoa (hijo de Calisto Ochoa) y jean Carlos Centeno últimamente dijeron no estar recibiendo lo justo por sus creaciones.
En el impresionante mundo económico del vallenato comenzaron a lucrarse muchos de sus actores: algunos cantantes comenzaron a cobrarle al compositor por grabar sus canciones, algunos compositores también lo hicieron, los folcloristas amigos de acordeoneros y cantantes cobraban a los compositores por hacer grabar sus canciones, los cantantes y acordeoneros pagaban en las emisoras para pegar el disco, los compositores pagaban en las emisoras para pegar su composición, los compositores hacían canciones a pedido personal por cierta cantidad de dinero, incluso le vendían canciones a personajes desconocidos para presentarse al concurso de la canción inédita. Los famosos saludos generaron ingresos fuertes a muchos artistas. Era tan bueno el negocio que muchos compositores formaron sus conjuntos, montaron sus propios espectáculos y hasta estudios de grabación.
Veamos entonces el caso que nos tiene ocupados en opiniones encontradas que hasta el momento pienso ha sido muy ético.
Es mi humilde opinión desde mi real saber y entender: Omar Geles no cobra por una canción, Omar Geles vende un proyecto musical garantizado.
Recordemos que Omar es productor musical, acordeonero, cantante, compositor, dueño de un estudio de grabación, creador de contenidos en redes sociales, entre otros.
Luego entonces, la canción va con el kit completo: la letra, los arreglos musicales, el video con el pase para bailar la canción, la promoción y difusión en redes sociales, emisoras y canales de televisión.
Una cosa es entregar una canción para grabarla y otra vender un proyecto musical que garantiza una proyección hacia el éxito en el cual se ha hecho una inversión y hay sacarle una ganancia.
Este es un tema interesante para generar un diálogo que nos permita profundizar y hacer claridad es. Los invito a participar.
Es un excelente relato: concreto y coherente que referencia la historia de una realidad que particularmente desconocía.
Totalmente de acuerdo contigo, de igual forma, el producto que vende Omar Geles, es la música, y cada quien coloca precio a lo suyo, además, al ser compositor de larga trayectoria exitosa le da un valor agregado a su producto.
Buen artículo mi estimado.
Un recorrido en el tiempo para ilustrarnos y dar luces para no concentramos únicamente en el dios dinero sino que todo este proceso legal de derechos de autor como tambien las estrategias para dar a conocer los temas o canciones vallenatas en la actualidad a venido cambiando y se vuelto algo complejo y con mucha tela que cortar.
Lo mas importante es que se le da un mayor valor a los padres de esas letras que en el pasado no sucedía y en nuestros tiempos un gran compositor puede tener una mejor calidad de vida en la vejez, Todo gracias al reconocimiento de sus Derechos de Autor.
La plata de Diomedes Diaz no es todo y lo mas importante es seguir nutriendo nuestro universo vallenato con obras y temas que vuelven todo complejo pero que con una canción como la de AFINIA que gravo el Maestro Ivan Villazon con la acordeón del Joven Tuto López nos pone a gozar con algo triste y bastante lamentable como son los abusos de esta empresa de energía eléctrica que aprovecha el papayaso que dan los políticos al crear leyes que dan vía a libre a cobrar hasta por la luz de un bello despertar en la Región Caribe de Colombia. Pero la sabiduría y alegría de un COMPOSITOR nos muestra que de una pena se puede pasar a una parranda en nuestra hermosa tierra Vallenata
Primo,sobre el tema especifico los 70 millones cobrados por O G….a el MZ,hago mi humilde comentario sin ser versado en esta materia…Bién lo dices tú,no es lo mismo vender un kit a solo entregar la letra de la canción,pero por muy reconocido qje sea el compositor, quién garantiza el éxito de determinada canción…En ese sentido de acuerdo a la demanda de ciertas letras u obra musicales asi tengo entendido son las regalias…
Geles cobra,por lo que sabe y por lo que hace,incluyendo su gran merito de compositor,no obstante en este asunto se plantea una situación claramente financiera,en la,cual.hay un vendedor y un cliente,y a zabaleta le toca,decidir si hacer la compra es un buen negocio para el y su agrupación.
Excelente relato, me trasporto en el tiempo y aprendí mas de nuestra cultura Vallenata, desde su génesis hasta nuestros días.
De acuerdo con su opinión del valor que cobra Omar Geles, El dueño es el que debe colocar el precio a su trabajo, y la trayectoria es muy grande, todo eso suma.
Es un tema interesante para profundizar.
Excelente aporte a la fanaticada vallenata. Punto clave para estar exelso en las noticias de nuestro folclore.
Excelente aporte a la fanaticada vallenata. Punto clave para estar excelso en las noticias de nuestro folclore.