Por: Armando Pitre Cañavera*
En víspera de festival, se me viene a la mente la pregunta: ¿De dónde viene la palabra “Vallenato”? ¿Si nace a las orillas del rio guatapuri o frente las asombrosas aguas de la ciénaga del magdalena, en aquel pueblito lleno de historia que muy bien tiene el nombre de Aracataca?.
Lejos de mi tierra, caminando por rigurosas montañas de norte de Santander, me encuentro con un señor que vivió 16 años en el magdalena, para serles precisos en el pueblo de nuestro nobel Gabriel García Márquez, y en medio de la extensa conversación que tuvimos, me pregunto ¿de qué pueblo provenía?. Muy orgulloso le dije que de “Valledupar, Cesar, la tierra del vallenato”. Se viene en carcajadas y me dice: pero el vallenato no nace en esa tierra.
Ese comentario me puso colorado y empieza el hombre a explicarme que existen muchas hipótesis, que han sido expuestas sobre el origen del vallenato. Sin embargo, a principios del Siglo XX, tenía una connotación despectiva y a los propios habitantes de Valledupar no les gustaba, lo aborrecían, ya que este era un ritmo campesino de juglares que andaban en su burrito, cantando historias, enamorando mujeres, y de fiesta en fiesta, no por dinero, solamente por el folclor. En las llanuras del Cesar, circundadas por la Sierra Nevada de Santa Marta.
El vallenato nace en una vasta región enmarcada por los ríos Magdalena, Cesar y Ranchería, el mar Caribe, la Sierra Nevada de Santa Marta y las estribaciones de la Serranía del Perijá, hace más de 200 años. Los cantos de vaquería con que los peones de las grandes haciendas acompañaban sus jornadas vespertinas para recoger y encerrar el ganado, fueron la base de lo que más tarde se convertiría en las historias cantadas que derivaron en las canciones vallenatos.
¿De dónde proviene la palabra Vallenato?
Se dice que el vallenato, nace de la picadura de un mosquito. Según Barrameda Morán, el vocablo “ballenato” pasó a designar a todas las personas que padecieran la contaminación sanguínea producida por el jején, fueran oriundos o no de Valledupar, argumentando que: “La tendencia popular a confundir V con B en su pronunciación, terminó por generar el nuevo vocablo: Vallenato”.
De manera similar, otra versión sostiene que en las áreas rurales de los bancos del río Cesar, muchos de los habitantes, extremadamente pobres, sufrieron de una enfermedad producida por un mosquito que les dejó la piel seca y escamosa, con parches descoloridos.
La gente asoció la enfermedad con las ballenas recién nacidas (ballenatos), también llamadas “pinta´os”, que tienen un color matizado de blanco y rosado, parecido a la enfermedad dérmica llamada carate o jovero, por lo cual se identificaba a quienes la padecían como caratejos o ballenatos. De tal forma que “vallenatos” llegó a ser un nombre para menospreciar a la gente pobre del río.
Como dicen en mi valle “si pote pena la que pase“. Pero eso es lo enriquecedor de hablar con señores que saben de historia, que a los jóvenes nos pueden enseñar y dejarle esa anécdota es importante saberlo como vallenato.
Ahora que estamos en víspera de festival, fiesta, cultura, el folclor de mi pueblo, espero que aprendan un poquito en medio de este escrito bien coloquial, y sigan enamorados de sus paisajes de sol, de sus cañahuates florecidos, y de su gente, que en ningún otro lugar uno vuelve a encontrar la sonrisa fraternal de un vallenato.
*Estudiante de Comunicación Social