Ultimas

Iniciativa peligrosa

Por: Cecilia López Montaño

Cada día es más evidente que el gobierno Duque está influenciado por las ideas del expresidente Uribe, especialmente en los temas que marcaron sus dos mandatos. Prueba de ello es la nueva política de seguridad anunciada por este gobierno, definida claramente por varios analistas, entre ellos Jairo Libreros, como la Seguridad Democrática 2.0. Este es un tema muy complejo por el recuerdo que amplios sectores del país tienen de la aplicación de esta estrategia por parte del gobierno Uribe. Esta dejó problemas muy graves, por ejemplo, la violación de derechos humanos; los falsos positivos; persecuciones injustificadas y, sobre todo, casos de abuso del poder. Todo lo anterior contribuye al temor que muchos colombianos tienen de que situaciones como las mencionadas se puedan repetir.

 

Para hacer un análisis objetivo es necesario aclarar que la seguridad no solo en su concepción más amplia sino en aquella que requieren los ciudadanos sí exige una acción especial del Estado. Los niveles actuales de asesinatos, robos, atracos y ataques masivos a poblaciones y a la infraestructura exigen acciones más contundentes por parte las autoridades y eso es innegable. Obviamente, lo primero que debe resolverse es el asesinato de líderes sociales frente a los cuales el gobierno no ha logrado actuar con contundencia. 

Por la experiencia que se tuvo antes, en esta sociedad tan dividida y llena de odios, es fundamental reconocer que se cometieron abusos que no se pueden volver a repetir. Esencialmente cuando en la Colombia de hoy más que solidaridad ciudadana hay claras muestras de intolerancia. 

Adicionalmente, quienes han manejado estos temas y son expertos ya señalan que es muy peligroso plantear esta política sin que los ciudadanos y los sectores del Estado responsables de este tema sean instruidos adecuadamente. Agregan, además, que se debe implementar por etapas para poder controlar los resultados y corregir los desmanes a tiempo. También se preguntan muchos ciudadanos por qué simplemente un millón de personas (¿autorizadas?) para ser cooperantes, cuando el país tiene cerca de 50 millones de habitantes. El gobierno afirma que sí tiene el sistema de comunicación listo para responder a estas demandas, pero dada la experiencia anterior, que presentó fallas en las respuestas del Estado a denuncias de los ciudadanos, existen serias dudas. 

La mayor preocupación es si esta sociedad está lista para repetir un ejercicio como este que ya dejó muchas dudas. Si hace 16 años en este país más que solidaridad había odio, lo que se siente actualmente es que la división entre buenos y malos se ha profundizado en este gobierno; esto es lo que corroe la base de una estrategia como la anunciada. Venganzas personales podrían dominar este escenario, lo cual sería una verdadera tragedia para este país. Copiar por copiar sin evaluar la experiencia anterior y encontrar las fallas que deben abordarse a tiempo, es el primer paso que el gobierno Duque debería dar. 

Fuente: El Heraldo de Barranquilla 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *