La tendencia es clara. Cada vez que inicia un periodo electoral, los hechos de violencia contra líderes políticos aumenta. Desde el 27 de octubre de 2018 hasta el 27 mayo de 2019, se han presentado 107 acciones de este tipo en el país, según informó la Misión de Observación Electoral, MOE, en el informe sobre violencia política.
El resultado es preocupante, a cuatro meses de las elecciones, el pico de violencia, secuestros y asesinatos contra líderes políticos va a alcanzar su punto más alto, esto con respecto a los hechos de violencia que ocurrieron en las elecciones locales del 2015. (ver infografía)
A estas cifras se suma que de los 32 departamentos del país, 22 han registrado agresiones contra líderes. Las cifras más elevadas se reportan en: Arauca con 41 amenazas, 3 atentados y 1 asesinato; Cauca con 12 asesinatos, 10 atentados y 7 amenazas; la Guajira con 20 amenazas y un atentado. En Antioquia también hay casos: 7 amenazas, 2 atentados y 7 asesinatos.
En vista de estos hechos, para el docente de Teoría del Estado de la Universidad Nacional, Carlos Alfonso Ortiz, en Colombia la violencia en periodos electorales no es un caso aislado, es un problema estructural y recurrente, incluso “desde 1940 los partidos tradicionales disputaban el control del país con las armas”.
Partidos políticos
Según el informe de la MOE militar en un partido político, en algunos territorios del país, es causa directa de acciones violentas. Por ello, de los 107 actores víctimas de violencia, 74 tiene filiación política definida, es decir, pertenecen a un partido político en específico.
En este sentido, de los 18 partidos políticos reconocidos en Colombia 13 han sido víctimas de agresiones. Los casos más notorios son: el Centro Democrático, en donde por una amenaza colectiva 13 de sus miembros fueron hostigados en Arauca y 3 han sufrido atentados. También, en el Partido Liberal 8 militantes fueron amenazados y 1 asesinado, y Colombia Humana tiene 5 amenazados, según el informe.
En este orden de ideas, la directora de la MOE, Alejandra Barrios, en diálogo con EL COLOMBIANO expresó que “la violencia política es indiscriminada, es contra cualquier grupo político. La causa es la presencia de un grupo ilegal en la zona y así quien recibe amenazas es el opositor ideológico de estas células”.
Por ejemplo, en los territorios como Arauca donde existe presencia del grupo ilegal, Eln, las amenazas fueron contra Centro Democrático, mientras en lugares como el Bajo Cauca antioqueño la presencia de Autodefensas Gaitanistas o Clan del Golfo causan que líderes sociales y de partidos alternativos sean amenazados.
Finalmente, para el director de la maestría en Comunicación Política de la Universidad Eafit, Nestor Julian Restrepo, las agresiones, asesinatos y atentados se presentan porque no hay tolerancia, “la política en Colombia es de exclusión, de sacar al otro”, dijo .
