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Esto es lo que Andan Diciendo en Valledupar y Colombia

En Colombia utilizar el soborno para obtener contratos es una práctica común... previa el consabido: yo también como…

En un País que no protege ni la honra, ni la integridad, ni la vida, ni los bienes, de sus ciudadanos, no puede judicializar a quien autorizado por la norma decide defender su vida y su integridad y arremacharle un tiro a un delincuente, como sucedió en Villanueva.

Quién podría imaginar que algún día llegáramos a tal grado de descomposición social: que comer empanada en la calle fuera ilegal y meter marihuana legal.

 

Los excesos en los jóvenes artistas vallenatos que empiezan a saborear las mieles del triunfo, casi siempre asociados al alcohol, la gasolina y algo más, en muchas ocasiones arruinan sus carreras.

Uno menos en la carrera hacia la gobernación del Cesar. El Consejo de Estado confirmó la sentencia de primera instancia proferida por el Tribunal Administrativo del Cesar contra “Ava” Carvajal que le mantendrá la pata en el pescuezo de sus pretensiones políticas durante once años.

Colombia es un país de doble moral en el que se fustiga a las autoridades si actúan conforme a las leyes y si no lo hacen también.

El caso de la empanada, objeto de todo tipo de memes en las redes sociales, ha acentuado la mala imagen que tiene un gran porcentaje de colombianos sobre la Policía, que pasa de escándalo en escándalo y con la cachucha tapándose los ojos.

Era de esperarse el pésimo estado de las vías en el departamento de La Guajira, con su cara más fea desde San Juan hacia el Cesar, porque el pensamiento afro-indígena, que no aspira más que andar en burro o de a pie, convino rechazar la instalación de peajes como si hubiera otra fórmula para mantener las carreteras en buen estado.

El centro Histórico de Valledupar se está cayendo a pedazos  ya que desde diciembre de 2014 se firmó el Plan Especial de Manejo y Protección, pero la marcha ha sido lenta. Las viejas casonas a medio caer agachaderas  de indigentes con mal de estomago, la inseguridad y un escaso compromiso del gobierno local que actúa ‘a regañadientes’ agravan la situación.

Halagadora propuesta de la ministra de justicia para nuestra esperanza de reubicación de la tramacúa: nos dejó dicho que los presos de alta peligrosidad seguirán llegando a Valledupar y no nos toca más que aprender a convivir con los delincuentes, que tienen derecho a que sus bandas se rebusquen en nuestras calles.

En Colombia pueden tumbar los edificios construidos por los narcotraficantes pero la estructura del negocio sigue en pie y floreciendo por todas partes.

El autoritarismo demuestra su temor a las ideas cuando pretende utilizar el peso de la ley y de las multas para amordazar a cualquier profesor que exprese ideas que no les gusten a las autoridades y no soporta el peso de la lógica usada para criticarlo. Claro hay quienes sacan sus votos de la avaricia y de la ignorancia.  

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