Dos graves antecedentes fueron denunciados por miembros del Comité de Seguimiento del departamento del Cesar, una organización creada por un colectivo de ganaderos que, motivados por la inseguridad,
se dispusieron a servir de voceros e interlocutores de los productores agropecuarios ante las autoridades, civiles, militares, judiciales y de policía, para coordinar las acciones necesarias que contribuyan a disminuir los índices de inseguridad en el campo.
El primer antecedente corresponde a la advertencia que el colectivo de ganaderos habría hecho a través de una misiva enviada a dependencias como el gobernador del Cesar, Francisco Ovalle Angarita; el alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía; el comandante de la Décima Brigada, general Jaime Rivera; y la directora general de Fiscalías, María Esther Aguilar, entre otras autoridades.
En la carta que jamás tuvo respuesta por parte de ninguna autoridad, los ganaderos denunciaron el peligro que corría un ganadero del corregimiento de Mariangola, identificado como Tomás Alfonso Salas, quien venía denunciando robos sistemáticos en su predio y la región.
Ante la desatención de las autoridades, el hombre de 35 años fue abordado por individuos encapuchados que le hicieron detenerse mientras se movilizaba en su moto, y, sin mediar palabra lo asesinaron con arma de fuego; según versiones entregadas por su pareja sentimental, quien al momento de los hechos, le acompañaba.
Además, los ganaderos aseguraron que en abril pasado denunciaron el hecho de que no se conocían acciones por parte de las autoridades intervinientes en el control y prevención de contrabando de ganado, advirtiendo además que eso podría terminar en brotes de aftosa, como en efecto sucedió: se detectó aftosa en una finca en San Diego y el origen de la cepa es venezolano.